La tecnología láser aplicada a la medicina ha evolucionado, convirtiéndose en uno de los métodos no invasivos que mejores resultados ofrecen para diferentes patologías.
La sustitución del bisturí por rayo láser en partos y cesáreas, ha creado grandes diferencias entre el procedimiento convencional y esta técnica.
El láser no es un método agresivo, de ahí viene la principal ventaja del parto con láser, la paciente no siente dolores ni molestias posteriores, no hay hemorragias durante la intervención ni distorsión en la reparación muscular.
https://www.instagram.com/tv/CPRK4vyBo7W/?utm_source=ig_web_button_native_share
Las probabilidades de infecciones son mínimas con el láser, la paciente, cuando reanude su relación sexual, comprobará que no ha perdido la tonicidad vaginal y puede disfrutar la sexualidad como antes del parto.
La cesárea con láser reduce los riesgos de hematomas, embolismo pulmonar y contagio de las hepatitis B y C.
La recuperación de la cesárea con láser es más rápida que la tradicional, ya que la paciente puede caminar una o dos horas después de la cirugía, además podrá alimentarse inmediatamente con una dieta normal, ingiriendo comidas sólidas a su gusto.