El liquen escleroso es una enfermedad crónica y poco conocida que afecta principalmente la zona anoperineal de las mujeres, aunque puede presentarse también en hombres y niños. Esta afección dermatológica, que suele ser diagnosticada y tratada en ginecología, dermatología, pediatría y urología, se caracteriza por la aparición de pápulas que se agrupan formando placas eritematosas blanquecinas y endurecidas.
En el caso de las mujeres, el liquen escleroso se manifiesta principalmente en la zona de la piel que rodea los labios menores y el ano, formando una especie de número ocho. Sin embargo, no afecta a la vagina ni al himen. Cuando la inflamación es intensa y prolongada, puede causar atrofia en la zona afectada, provocando una retracción vulvar y adherencia entre los labios menores, lo que altera la estructura genital femenina.
A pesar de ser una enfermedad bien definida desde el punto de vista clínico, el origen del liquen escleroso sigue siendo incierto. Si bien no se contagia, existen diversos factores que pueden contribuir a su aparición, tales como la autoinmunidad, la predisposición genética, desequilibrios hormonales, infecciones virales o bacterianas, psoriasis y diabetes.
Es importante destacar que el liquen escleroso no tiene cura, pero con un diagnóstico temprano y un tratamiento adecuado, que puede incluir cremas tópicas y, en algunos casos, intervención quirúrgica, es posible controlar los síntomas y prevenir complicaciones mayores.
Si experimentas síntomas como picazón, ardor o cambios visibles en la piel genital, es fundamental consultar con un especialista para recibir el tratamiento adecuado y evitar el avance de la enfermedad.