En la menopausia se manifiestan una serie de cambios fisiológicos y psicológicos con diversos síntomas que pueden alterar de manera significativa la calidad de vida de la mujer, causando enfermedades cardiovasculares, diabetes, hipertensión arterial, osteoporosis y hipercolesterolemia.
Evidentemente la menopausia no es en sí misma una enfermedad, pero en ocasiones, los cambios hormonales que se producen en esta etapa de la vida repercuten en la salud.
Durante la menopausia también aumenta el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares ya que pueden aparecer factores de riesgo como la hipercolesterolemia, diabetes o hipertensión arterial. El riesgo de osteoporosis también se incrementa, dado que en esta etapa, y a causa de la disminución de las hormonas sexuales femeninas, se produce una descalcificación ósea con repercusiones graves, ya que se incrementa el riesgo de fracturas óseas. La alimentación será clave en la prevención de estos factores de riesgo, pero sobre todo, lo será desde las primeras etapas de la vida.