Muchas mujeres a partir de un determinado momento de sus vidas pueden percibir que su vagina se comporta de un modo diferente, como si se hubiera quedado más ancha.
La laxitud vaginal es la pérdida o disminución de la tensión del canal vaginal. Afecta a un gran número de mujeres sin un rango de edad definido y trae consigo consecuencias tanto físicas como funcionales y psicológicas.
La laxitud de la vagina y del introito vaginal puede darse como consecuencia de un parto vaginal, especialmente si han sido varios y si han tenido fetos grandes o por efecto del envejecimiento natural pero, cualquier mujer que haya tenido un parto vaginal reciente incluso de un feto pequeño puede padecerlo.
Toda esta sintomatología puede ir acompañada o no de incontinencia de orina o problemas de suelo pélvico.
Una de las cosas que más disconformidad causa en la mujer que lo padece es la disminución de sensaciones o insatisfacción durante el coito debido a la disminución de la fricción, unido a la frecuente aparición de ruidos vaginales que suceden por la falta de adaptación de la vagina por su nuevo aumento de tamaño.
El relajamiento de los tejidos vaginales puede producir un estado de malestar para las pacientes tal que puede comprometer la “satisfacción y la función sexual”.
Solución con Monalisa Touch
El único tratamiento eficaz del síndrome de hiperlaxitud vaginal es el láser vaginal de CO2.
Como en el resto de tejidos de nuestro cuerpo con el tiempo disminuye la capacidad para formar proteínas que nos dan tensión y elasticidad como son el colágeno y la elastina. En el caso de la vagina se añade el hecho de que durante los partos sufre una gran distensión que rompe muchas fibras tanto conectivas como musculares que luego no se reparan en su totalidad.
El láser CO2 es conocido en medicina desde hace mucho tiempo por su capacidad para regenerar tejidos devolviéndoles la tensión y causando una retracción muy utilizada en piel desde hace tiempo en medicina estética, y desde hace menos años en ginecología, con muy buenos resultados.
Para su aplicación vaginal se utilizan unos dispositivos tubulares especiales intravaginales que, mediante un sistema de espejos controlados por un scanner permiten proyectar la luz láser a lo largo del epitelio vaginal en toda su longitud y circunferencia. Los impactos lumínicos ejercen un estímulo en los fibroblastos del tejido conectivo que hacen que este aumente de espesor, consistencia y elasticidad sobre todo a través de la formación de nuevas proteínas como el colágeno y la elastina.
Es un tratamiento ambulatorio corto, por lo que tiene la posibilidad de hacer la vida normal de inmediato, y se hace con anestesia tópica de forma totalmente indolora.