La Incontinencia urinaria es unas las consecuencias más comunes del embarazo y del parto. En el embarazo es más habitual durante el tercer trimestre.
El embarazo y el parto someten a tu cuerpo a todo tipo de cambios, tanto físicos como hormonales. La incontinencia urinaria es, por tanto, una de las consecuencias más comunes del embarazo y del parto.
La combinación de los cambios hormonales, la presión del útero sobre la vejiga y el esfuerzo del propio parto pueden reducir la eficacia de los músculos pélvicos produce incontinencia urinaria.
Es lógico, que en la recta final del embarazo cuando el útero y el feto han crecido ejerzan más presión sobre la vejiga. La incontinencia urinaria suele producirse sólo en determinados momentos: cuando se ríe, se tose o se estornuda.
Es normal que en el embarazo se pierde orina cuando hace algún esfuerzo o mientras realiza ejercicios de preparación al parto.
La ‘incontinencia de esfuerzo’ es la más habitual. Cuando corre, tose vomitas, saltas. Las hormonas del embarazo se produce una laxitud de tejidos que hace que la vejiga esté más relajada por lo que al hacer esfuerzos hace que tenga escape de orina.
Tras los embarazos, los partos y en la menopausia, las paredes de la vagina pierden grosor, elasticidad y el suelo pélvico se relaja. Estos músculos se pueden fortalecer de nuevo con el láser fraccionado de CO2, tratamiento que corrige de forma cómoda, segura y eficaz la falta de tonificación y la capacidad de contracción de la cavidad vaginal.
Este novedoso tratamiento, con excelentes resultados y sin ningún efecto secundario, permite a la mujer recuperar su calidad de vida sin cirugía, sin dolor y sólo con anestesia local.