La incontinencia urinaria es la incapacidad para contener la salida de orina, de tal manera que este padecimiento puede encontrarse en múltiples enfermedades.
El afectado tiene una necesidad imperiosa y repentina de orinar, pero es incapaz de retener la orina.
Los escapes pueden producirse al estornudar, reír, realizar algún esfuerzo o ejercicio físico. Supone un problema higiénico, social y psíquico, ya que influye en la actividad cotidiana del paciente y reduce su calidad de vida.
Los dos tipos más comunes de incontinencia urinaria que afectan a las mujeres son la incontinencia de esfuerzo y la incontinencia de urgencia, que también se conoce como vejiga hiperactiva. La incontinencia afecta al doble de mujeres que hombres. Esto puede deberse a que el embarazo, el parto y la menopausia podrían aumentar las probabilidades de incontinencia urinaria. La incontinencia se puede tratar.
Puede condicionar el estilo de vida del paciente, aunque es común que el paciente afectado de incontinencia no le dé la importancia que merece, sin intentar aclarar el tipo y determinar si es pasajera, reversible o simplemente buscar una opinión especializada.
En algunos casos, la incontinencia urinaria puede ser uno de los primeros síntomas que el cuerpo avisa de un posible exceso de alcohol o drogas, o algún tipo de depresión o trastorno psicológico. Sería conveniente acudir a un médico lo más pronto posible para un diagnóstico más preciso.
La incontinencia por rebosamiento, normalmente ocurre en varones de edad avanzada con hipertrofia prostática benigna y obstrucción parcial de la desembocadura vesical; asimismo, las grandes vejigas neuropáticas que se presentan en la diabetes y la tabes dorsal pueden ocasionar incontinencia por rebosamiento. Otra causa de incontinencia por rebosamiento es la provocada por los fármacos con efectos anticolinérgicos (atropina, antidepresores, antihistamínicos) que causan retención urinaria y en forma secundaria la incontinencia por rebosamiento.