En el ámbito de la ginecología, escuchar el latido del corazón de un embrión de entre seis y doce semanas es crucial por dos motivos principales: permite fijar la edad gestacional y determinar la viabilidad del embarazo. Este procedimiento, fundamental durante las consultas prenatales, es un momento esperado por muchas mujeres que desean confirmar el desarrollo saludable de su futuro bebé.
Durante las primeras semanas de gestación, las mujeres suelen acudir a su ginecólogo para una revisión completa. Independientemente, tienen el derecho inalienable de escuchar o no el latido fetal. Este momento es especialmente significativo para aquellas que han resuelto tener a su bebé, ya que muchas optan por grabar el sonido del monitor con sus teléfonos móviles para compartirlo con sus seres queridos.
Las visitas prenatales también incluyen consultas previas con la comadrona, donde se evalúa el estado de salud de la mujer y se informan sobre diversas pruebas analíticas y diagnósticas, como el cribado de anomalías congénitas. Es común que las mujeres embarazadas de pocas semanas, generalmente hacia la semana seis, siete u ocho de gestación, desconozcan la fecha exacta en la que concibieron y busquen confirmar el estado de salud de su bebé.
Determinar la viabilidad de un embrión de aproximadamente cinco milímetros puede ser complejo y, en muchos casos, es imprescindible escuchar el latido fetal para confirmar su vitalidad. Con la ecografía eco-Doppler abdominal, es posible escuchar el latido fetal a partir de la sexta semana de gestación, proporcionando así una valiosa información sobre la viabilidad del embarazo.
Escuchar el latido del corazón del embrión no solo es un procedimiento técnico, sino también un momento emocionalmente significativo para las futuras madres, reafirmando su conexión con el bebé y brindando tranquilidad sobre el desarrollo del embarazo.