Así como puede surgir la atrofia vaginal con el bajón de los niveles de estrógenos, que ocurren naturalmente cuando llega la menopausia, con la edad también puede presentarse una sensación de que se aflojan nuestros músculos en la zona vaginal, se distienden como si estuviesen en relajación permanente y se pierde la estructura. Es la flacidez vaginal o hiperlaxitud vaginal, que se refiere a la pérdida de tonificación de los músculos del canal vaginal.
La flacidez vaginal no le ocurre a todas las mujeres, pero tampoco es un defecto o una enfermedad. Es algo que simplemente ocurre, como pueden aparecer más o menos arrugas en el rostro y hay varios factores que pueden influir en la aparición de este síntoma. Pero ya vamos a ese punto.
Antes hay que destacar que la flacidez vaginal o hiperlaxitud vaginal ocasiona la pérdida o disminución de sensibilidad, con lo cual se afecta de manera importante la actividad sexual. Se dificulta el logro del orgasmo, y no se logra abrazar apropiadamente el miembro porque hay una distensión de las paredes vaginales, como si se hubiese agrandado y no tiene capacidad de contracción.
Con la flacidez vaginal también hay un estiramiento en la piel de los labios mayores y menores y se producen pérdidas involuntarias de orina. Todo esto tiene como consecuencia el impacto en la salud emocional de la mujer: se puede sentir avergonzada, insegura; no sentirá placer e incluso podrá ser rechazada de alguna manera por la pareja.
De qué se trata la flacidez vaginal
Un estudio publicado en Ultrasonido Obstetricia y Ginecología, señala que la laxitud vaginal es un síntoma poco investigado de la disfunción del suelo pélvico. «Se ha identificado recientemente como un síntoma de disfunción sexual que se relaciona con el prolapso de órganos pélvicos (POP), y se ha definido como una queja de laxitud vaginal excesiva», dice la investigación y agrega que se experimenta con una sensación vaginal reducida durante las relaciones sexuales, lo que conlleva consecuencias físicas y emocionales.
No es sencillo determinar su incidencia en la población porque quienes lo padecen no lo informan a sus médicos. De hecho, la misma investigación reseña que, según una encuesta a uroginecólogos, el 83% de 563 encuestados dijo que no son informados por sus pacientes acerca de la laxitud vaginal, lo que quiere decir que hay gran número de mujeres afectadas que no son diagnosticadas.
Por lo general, lo que ocurre es que los músculos que rodean la vagina pierden tono por distintas causas que responden, en primer lugar al envejecimiento, pero también puede relacionarse con la genética, el embarazo y el parto. El desequilibrio hormonal asociado al climaterio y a la menopausia, así como la obesidad y el sedentarismo, también se asocian a la flacidez vaginal.
Aunque un alto número de mujeres pueden presentar flacidez vaginal, también es un hecho que se puede prevenir. Algunas recomendaciones para tal fin:
– Ejercicios de Kegel, cuyo objetivo es tonificar toda la musculatura tanto de la zona interna como la externa. Hacerlos varias veces a la semana contribuye además a prevenir la incontinencia urinaria.
– Evitando el sobrepeso y el sedentarismo ayudamos a los músculos de la vagina para que no se debiliten. Al igual que otros grupos musculares, fortalecerlos requiere ejercicio. Para una vida saludable, es importante mantener actividad física frecuente.
En el caso de embarazo y parto, es muy útil tener en cuenta un buen plan de rehabilitación postparto.
– Una vida sexual activa ayuda a mantener la flexibilidad en toda la zona íntima, se previene la atrofia vaginal y la resequedad.
– La higiene vaginal también es esencial. El uso de limpiadores específicamente diseñados para el área, una vez al día, de pH neutro y luego hidratar con gel íntimo que contenga ácido hialurónico será esencial para prevenir la resequedad, la cual ocasiona prurito. Al rascar vigorosamente también puede debilitar la piel y, peor aún, generar mínimos canales de infección.
– Evitar levantar objetos pesados, o el uso de la fuerza excesiva también será un preventivo de la flacidez vaginal.
¡Hay solución!
Las recomendaciones anteriores son válidas aún cuando ya sientes que padeces la flacidez vaginal, pero es muy importante comentar con el especialista cualquier síntoma o diferencia que observes en tu cuerpo. Los médicos somos los expertos en diseñar una estrategia para abordar esta situación y también quienes sabrán recomendarte alguna opción como las siguientes opciones, en caso de ser necesaria.
Algunas técnicas de medicina estética como los hilos tensores pueden usarse en la zona vaginal. En este caso, no es necesaria hospitalización, pero no es una solución permanente. Puede durar su efecto entre 6 y 9 meses.
Otra técnica es el tensado vaginal, la cual se lleva a cabo con láser sobre las capas más superficiales de la piel. En este caso, el calor estimula la producción de colágeno en la zona, lo cual reduce el calibre vaginal, y se mejora la tonicidad con lo cual se mejora tanto la sensibilidad como la incontinencia leve. Esta práctica es indolora y sus efectos también son temporales.
Por último, está la vaginoplastia, que es una cirugía con la cual se reconstruye el canal vaginal uniendo los músculos.