El uso de mascarillas faciales durante brotes de enfermedades virales como la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) se ha demostrado en estudios científicos que sólo es efectivo para proteger a los trabajadores de la salud y reducir el riesgo de que pacientes enfermos diseminen la enfermedad. Con base en esa evidencia, la Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS) recomienda el uso de máscaras faciales a:
En ninguna de estas circunstancias, el solo uso de una máscara facial no garantiza la detección de infecciones y debe combinarse con otras medidas de protección personal, como la higiene de las manos, mantener la distancia de las personas con síntomas, y mantener la higiene respiratoria (o etiqueta para la tos).
“Ninguna medida preventiva es 100% efectiva para prevenir infecciones, pero practicar todas ellas de manera conjunta puede reducir las posibilidades de propagar la infección”.
Subdirector de la OPS, Jarbas Barbosa
Recomendaciones para el público en general
Los estudios no han demostrado un beneficio claro del uso de mascarillas para personas sanas. Algunas investigaciones muestran que las personas pueden infectarse al tocar una mascarilla contaminada que han estado usando o al quitársela incorrectamente.
En un brote como por ejemplo por COVID-19, las siguientes medidas pueden ayudar a las personas a reducir sus posibilidades de infectarse:
Si tiene síntomas como tos, estornudos o dificultad para respirar, las recomendaciones son:
“Este es un virus nuevo”, dijo Barbosa refiriéndose a COVID-19, “por lo que todavía estamos recopilando información al respecto. Pero la evidencia ya disponible muestra que es lo suficientemente similar a otros virus como para que estemos seguros de que estas recomendaciones son buenos consejos para reducir las posibilidades de infección».