Estar embarazada implica contribuir a la formación de un nuevo ser, lo que aumenta notablemente el gasto de energía. Por lo tanto, no todos los alimentos son adecuados para esta etapa.
Es importante desechar la noción de que durante el embarazo «hay que comer por dos», como suelen decir muchas personas, ya que no es cierto.
El embarazo conlleva una serie de cambios fisiológicos, por lo que es fundamental adoptar un estilo de vida saludable. Una alimentación equilibrada, buenas prácticas de higiene y la realización de actividad física favorecen la salud tanto de la madre como del futuro bebé.
Aquí tienes algunas recomendaciones para una alimentación saludable durante el embarazo:
– Bebe entre 2 y 2,5 litros de agua al día (equivalente a 8-10 vasos).
– Reduce el consumo de sal y no excedas los 5 gramos al día, incluyendo la sal añadida durante la preparación de alimentos y la presente en los alimentos procesados.
– Consume al menos cinco porciones de frutas y verduras al día, siempre asegurándote de pelar, lavar o cocinar correctamente estos alimentos para cubrir tus necesidades de vitaminas, minerales y fibra.
– Prefiere métodos de cocción saludables como cocinar al vapor, a la plancha o al horno, utilizando aceite de oliva virgen en lugar de frituras.
– Prioriza el consumo de alimentos frescos, locales y de temporada, como frutas y verduras, cereales integrales, legumbres, pescados, frutos secos y aceite de oliva.
– Limita el consumo de carnes rojas y procesadas, así como de alimentos con alto contenido de sal, grasas y azúcares añadidos.
– Consume pescado de 3 a 4 veces por semana, dando preferencia al pescado azul, evitando el pez espada, el atún rojo, el tiburón y el lucio debido a su alto contenido de mercurio.
– Distribuye las comidas a lo largo del día, incluyendo un desayuno, una comida moderada, una merienda ligera y una cena temprana, ajustando el número total de comidas según tus necesidades individuales.
Alimentos y prácticas a evitar durante el embarazo:
– No consumas alcohol durante el embarazo.
– Evita alimentos crudos como leche sin pasteurizar, quesos frescos, pescado o carne cruda, así como patés y embutidos curados, como chorizo, salchichón, salami y jamón curado, debido al riesgo de toxoplasmosis.
– No consumas brotes crudos, como los de soja o alfalfa, y evita los huevos crudos o platos que los contengan, como mayonesas caseras.
– Evita sándwiches preparados, zumos no recién exprimidos, frutas enlatadas, bebidas azucaradas y energéticas.
– No consumas pescado crudo, como sushi, sashimi o ceviche, ni pescado ahumado refrigerado o marinado, ostras, almejas o mejillones crudos.
Además, es importante seguir prácticas de higiene adecuadas al manipular y cocinar alimentos:
– Lava frutas, verduras y hierbas aromáticas con agua y lejía desinfectante, sumergiéndolas durante al menos 10 minutos y luego enjuáguelas con agua potable.
– Cocina la carne y el pescado completamente, asegurándote de que el centro de los alimentos haya cambiado de color.
– Refrigera las sobras de comida rápidamente, no las dejes más de dos horas a temperatura ambiente.
– Limita el consumo de cafeína.
– Lávate las manos durante al menos 20 segundos antes de comer o manipular alimentos, especialmente después de tocar carne, pescado, aves, vegetales o frutas. Asegúrate de que el frigorífico mantenga una temperatura adecuada para preservar la frescura de los alimentos.