Los queloides son lesiones cutáneas caracterizadas por el crecimiento excesivo de tejido cicatricial en el sitio de una herida, que se extiende más allá de los bordes originales de la lesión. Este fenómeno, aunque no representa un riesgo grave para la salud, puede causar molestias físicas y emocionales, afectando la calidad de vida de quienes los padecen.
Los queloides son el resultado de una respuesta anormal del cuerpo al proceso de cicatrización. Factores como la predisposición genética, las características de la piel, y el tipo de lesión (heridas quirúrgicas, acné severo, quemaduras o perforaciones) aumentan el riesgo de su desarrollo. Las personas con tonos de piel más oscuros tienen una mayor probabilidad de presentar queloides.
Síntomas y diagnóstico
Los queloides suelen presentarse como bultos elevados, firmes y brillantes que varían en color, desde rosados hasta marrones oscuros. Pueden provocar picazón, sensibilidad, o incluso dolor. El diagnóstico generalmente se basa en una evaluación clínica por parte de un dermatólogo o médico especializado en el manejo de este tipo de cicatrices.
Aunque los queloides no siempre requieren tratamiento, muchas personas buscan abordarlos por razones estéticas o debido a las molestias que causan. Entre las opciones disponibles se encuentran:
– Inyecciones de corticosteroides: Reducen la inflamación y el tamaño del queloide.
– Crioterapia: Utiliza temperaturas extremadamente frías para disminuir el tejido cicatricial.
– Cirugía: La extracción quirúrgica del queloide puede ser una opción, aunque tiene riesgo de que el queloide reaparezca.
– Láser y radioterapia: Estas técnicas pueden mejorar la apariencia y prevenir el crecimiento adicional.
– Terapias tópicas y parches de silicona: Ayudan a aplanar y suavizar la cicatriz.
Evitar traumas innecesarios en la piel, especialmente en personas con antecedentes familiares de queloides, es clave para prevenirlos. En caso de heridas o cirugías, seguir las indicaciones del médico para cuidar la piel y minimizar las posibilidades de cicatrices anómalas es crucial.
El manejo de los queloides requiere un enfoque individualizado. Consultar con un especialista en dermatología o medicina estética puede marcar la diferencia para encontrar el tratamiento adecuado y recuperar la confianza en la apariencia personal.