Todas las mujeres tienen flujo durante la excitación sexual.Esta secreción vaginal es normal, aunque en cada mujer varía la cantidad. Cuando están excitadas, el flujo aumenta. Muchas mujeres sienten vergüenza de esta secreción.
Cada mujer conoce su cantidad de flujo y el olor que tiene. A veces éste varía, ya sea en su cantidad o en su olor. Esto se produce cuando se da un desequilibrio entre los gérmenes que son los habitantes normales de las secreciones vaginales. A veces se rompe el equilibrio ecológico de algunos gérmenes y uno de ellos adquiere una proporción mayor que los otros.
Aclarando que estos habitantes son necesarios para el normal funcionamiento de su fisiología. Ellos son los hongos y bacterias, la flora natural.
Si percibe que el olor del flujo se ha vuelto fétido y desagradable o que éste produce ardor o picazón, puede estar en presencia de cándidas o tricomonas. Si nota algún cambio, es imprescindible consultar. Algunas mujeres, cuando sienten ardor o picazón en su vulva, usan permanentemente algodones, papel higiénico, tiritas autoadhesivas. Esto es nocivo, ya que produce irritación. Lo correcto es una consulta al ginecólogo.
Estos gérmenes productores del flujo, muchas veces se asocian dando flujos de características mixtas. Tienen distinta predisposición a aparecer, ya que las variaciones que se producen en el medio vaginal de acuerdo con las dos fases del ciclo sexual, condicionan la mayor aparición de tricomonas en el periodo posmenstrual, debido al bajo tenor de estrógenos en dicha fase que alcaliniza el medio; la cándida albicans tiene mayor sintomatología durante la menstruación, también puede aparecer durante el embarazo, la diabetes y los tratamientos con estrógenos o antibióticos.
Las características del flujo difieren en los distintos gérmenes, siendo abundante el color amarillo verdoso y olor desagradable, producido por las tricomonas; blanco, espeso y grumoso, tapizando a veces totalmente la vagina, el producido por las cándidas y el producido por el Haemophilus es parecido al tricomoniásico aunque suele ser más escaso, de color grisáceo y de olor menos desagradable que éste.
Teniendo en cuenta que el hombre muchas veces actúa como portador crónico de estos gérmenes sin presentar síntomas, esta afección debe incluirse dentro de las enfermedades de transmisión sexual. Por tal motivo deben ser tratados ambos miembros de la pareja.