El uso de las técnicas láser, junto a la anestesia local, minimiza el daño de la operación y el dolor y el sangrado después del tratamiento de las hemorroides. Las pacientes que llegan a nuestra consulta con esta enfermedad se benefician de estas nuevas operaciones con láser, que dura máximo 45 minutos en el quirófano, no se realizan cortes y permiten obtener unos resultados similares a las operaciones clásicas en las que hay que producir heridas grandes que retrasan el alta del hospital, y la reincorporación a la vida normal con dolor muy severo.
Las hemorroides, son venas hinchadas en el ano y la parte inferior del recto, similares a las venas varicosas. Las hemorroides pueden desarrollarse dentro del recto (hemorroides internas) o debajo de la piel alrededor del ano (hemorroides externas).
Las ventajas de este método con el láser está la ejecución indolora con un alto grado de tolerancia y satisfacción por parte del paciente, la ausencia casi total de complicaciones si se aplica de forma correcta y una elevada tasa de éxito, especialmente en caso de hemorroides sangrantes. La energía láser permite la fotocoagulación que produce la retracción de las hemorroides y previene el prolapso a través del canal anal.
Esta alternativa a la cirugía convencional puede emplearse en hemorroides grado II y III. Es un procedimiento seguro y efectivo, con riesgo mínimo y recuperación rápida.
En la mayoría de los casos, usted se podrá ir a casa el mismo día. El tipo de cirugía que le realicen dependerá de sus síntomas y la de la localización y el tamaño de la hemorroide.
El tratamiento se hace en forma ambulatoria y te permite volver a casa en un par de horas si las hemorroides son pequeñas y no requieran el quirófano. Analizamos cómo es el procedimiento, cuáles son los factores de riesgo y qué síntomas podemos detectar de la enfermedad hemorroidal. Este procedimiento quirúrgico logra el cierre de la arteria, sin suturas ni puntos internos.