Los queloides responden mal a los tratamientos por lo que es conveniente combinar diferentes en varias sesiones. “Consigues controlarlos y más del 50% lo curas”, no es recomendable operarlos porque estimula su crecimiento.
Hay tres tipos de tratamientos:
Productos derivados de la silicona, polímeros: Hay polímeros que aplicados en forma de tiritas o de cremas mejoran la formación de cicatrices. Muchas veces se aplican de forma preventiva. No es la solución definitiva pero es una ayuda. En los queloides es un apoyo y muchas veces resuelve las cicatrices hipertróficas si las coges a tiempo.
Terapia intralesionar: medicamentos que se inyectan dentro del queloide. Hay sustancias efectivas como los derivados de la cortisona. Es eficaz en las primeras fases y si el queloide no es muy severo. Otro grupo son los fármacos antiproliferativos, inhiben la proliferación de células que se multiplican rápidamente.
Láseres: los queloides son rojizos o amoratados por los vasos sanguíneos, tienen metabolismo alto. Hay algunos láseres que tratan la proliferación de los vasos. Al ir cerrando esos vasos les quitas oxígeno y no dejas que las células se multipliquen. “Los láseres vasculares combinados con las inyecciones intralesionar son la herramienta más eficaz para los queloides ahora mismo.
La aplicación del láser que utilizamos en nuestro centro no es doloroso y consiste en desplazar la luz del láser por la cicatriz para disminuir las lesiones de las primeras capas de la epidermis y suavizar las irregularidades cutáneas, así como quitar o eliminar las cicatrices paulatinamente, a medida que se provoca la renovación de las capas superficiales de la piel.
Intervención en un quirófano.
Ante las dificultades de su prevención: Evita cirugías innecesarias en pacientes que sepamos que cicatrizan con queloides y, en los casos en los que no se pueda, se puede tratar la cicatriz con corticoides o aplicando parches de gel de silicona, desde el postoperatorio inmediato, para prevenir su aparición.