La vaporización láser puede hacerse en el consultorio de su médico, una clínica o un hospital como procedimiento ambulatorio. No tiene que pasar la noche en el hospital o la clínica.
El rayo láser se dirige a través de la vagina para vaporizar (quemar) células anormales. Este procedimiento se puede hacer en el consultorio de un médico bajo anestesia local o en el quirófano con anestesia general, ya que puede causar molestias.
La displasia de cuello uterino puede variar de leve a grave, según el aspecto de las células anormales. En el examen de Papanicolaou, se informará como una lesión intraepitelial escamosa de bajo o alto grado y en ocasiones, como células escamosas o glandulares atípicas. La displasia podría desaparecer o, podría convertirse en cáncer.
La displasia leve se resuelve por sí sola y no se vuelve cancerosa. Tu médico puede recomendarte un seguimiento para controlar si hay cambios adicionales. Si tienes una displasia grave (CIN II o III), el médico puede recomendar un tratamiento, como el láser para eliminar las células anormales.
Para tratar la displasia con láser la paciente se acuesta en la camilla, como un examen ginecológico de rutina, y el ginecólogo introduce un espéculo. De esta manera, podremos separar las paredes de la vagina, limpiar e inspeccionar la zona cervical más fácilmente. Entonces de esta forma se dirige el láser que vaporiza la lesión sin afectar el tejido uterino adyacente.
Por lo general, la mujer puede recuperar su actividad normal poco tiempo después de la vaporización láser. No obstante, la paciente deberá tener en cuenta todas las recomendaciones que le indique indiquemos, entre las que se encontrarán:
Evitar las relaciones sexuales, las duchas vaginales, los baños y el uso de tampones durante varias semanas.
No realizar deporte o actividad física de manera intensa.