El nacimiento de un bebé supone numerosos cambios a nivel físico y psicológico y puede llevar a que algunas madres sufran depresión postparto y lo hagan en silencio por miedo a ser juzgadas.
Aunque la maternidad puede ser un momento de mucha felicidad y entusiasmo para la familia, el cambio radical que sufre la madre, especialmente la primeriza, suele ir acompañado de muchas emociones fuertes que pueden desencadenar en una depresión postparto.
Las madres tienen que dedicar todo su tiempo a cuidar al bebé y muchas veces descuidan sus propios cuidados y bienestar como dormir bien o comer saludablemente.
Este nuevo momento suele caracterizarse por ser un cúmulo de sensaciones positivas y negativas al mismo tiempo que suelen estar invisibilizados, según la plataforma de psicólogos TherapyChat que ha elaborado una guía con consejos para pedir ayuda y afrontar esta etapa.
La dualidad que existe entre las emociones que la sociedad plantea que deberían sentir y las que muchas de ellas experimentan realmente, genera una presión externa.
Por ello, se puede incrementar el sentimiento de responsabilidad que siente una madre a la hora de cuidar a su hijo. Y de esta manera, se concibe como egoísta e irresponsable cualquier pensamiento que no lleve asociado dedicarse en cuerpo y alma a él.
La combinación de estos factores psicológicos y sociales, junto a otros genéticos y hormonales por la reducción de progesterona y estrógenos tras dar a luz, puede originar la depresión postparto.
DE EFE