Hace tiempo era una parte rutinaria del parto, pero ahora la episiotomía solo se recomienda en ciertos casos.
El parto es el proceso ideal en el cual se produce la expulsión del feto y la placenta, lo correcto al final de la gestación. El parto puede ser vaginal o por cesárea, en el caso de que aparezca algún impedimento a la vía vaginal.
Una de las complicaciones más frecuentes del parto vaginal es la aparición de lesiones en el periné, que es cuando la mujer dice me siento ancha. Estas lesiones pueden ser espontáneas como producidas por la persona que asiste al parto para favorecerlo.
La episiotomía es un corte que se realiza en la piel y músculos del periné́ de la mujer para facilitar la expulsión del feto y que no debe practicarse, a menos que haya alguna causa que lo indique. Este es un corte (incisión) que se hace en el tejido entre la abertura vaginal y el ano durante el parto. Esta zona se denomina perineo.
Siempre que se produce una lesión del periné́ durante el parto, es necesario proceder a su reparación cuidadosa, suturando los tejidos lesionados para evitar secuelas.
Sin embargo, y a pesar de esta reparación, en ocasiones pueden aparecer complicaciones que es necesario reconocer y tratar.
Una de las complicaciones más frecuentes es la aparición de molestias y dolor en la zona de la cicatriz, de forma espontánea o bien durante las relaciones sexuales e inconformidad con la apariencia de la vagina. Suelen producirse como consecuencia del proceso.
Los desgarros vaginales durante el parto, también llamados laceraciones o desgarros perineales, suceden cuando la cabeza del bebé que sale de la abertura vaginal es demasiado grande para que la vagina se estira o es de un tamaño normal, pero la vagina no se estira con facilidad. Este tipo de desgarro es bastante común.
Los desgarros que implican solamente la piel alrededor de la vagina suelen curarse por sí solos en algunas semanas. Algunos desgarros son más extensos y requieren tratamiento.
Es posible que haya complicaciones, en algunos desgarro vaginales como escape de las heces u orina (incontinencia fecal u orinaría) y coito doloroso. Si se presentan estos problemas, consulta con tu profesional de atención médica.
Por muchos años, se creyó que una episiotomía ayudaba a prevenir desgarros vaginales más grandes durante el trabajo de parto. Los expertos creían que una incisión se curaría mejor que un desgarro natural. También se creía que el procedimiento ayudaba a conservar los músculos y el tejido conectivo que sostiene el suelo pélvico.
Sin embargo, en la actualidad, mediante investigaciones se llegó a la conclusión que las episiotomías de rutina no previenen estos problemas.
Ya no se recomiendan las episiotomías de rutina. Pero a veces el procedimiento resulta necesario. Se puede recomendar por las siguientes razones:
El hombro del bebé está atascado detrás del hueso pélvico
El bebé tiene un patrón de frecuencia cardíaca irregular durante el parto
Se requiere el uso de fórceps o de ventosa durante un parto vaginal
Pero no tiene por qué preocuparte o sentir vergüenza si tenemos la solución para el desgarro vaginal. La perineoplastia es la reparación funcional y estética del periné.
Su objetivo es corregir todos los daños producidos en los partos, así como disminuir la amplitud del introito y erradicar los ruidos vaginales que se producen durante la relación sexual.
Está indicada en aquellas mujeres en las que es necesario corregir los pequeños desgarros que se producen en los partos, o bien corregir la cicatriz de la episiotomía.