Si eres de las que piensan que los problemas sexuales siempre les pasan a otras o a las mujeres maduras, ¡detente! La vida es larga y antes o después pasa algo y de pronto no sabe cómo explicarle a tu pareja que no quiere tener relaciones.
Ese momento existe y hay muchos estereotipos y prejuicios que lo rodean. Por eso, te mostraremos los falsos mitos al respecto al tiempo que te facilitan las claves para vencer los problemas en las relaciones sexuales.
Hay mujeres que padecen síntomas relacionados con la menopausia, sofocos, sequedad vaginal, relaciones sexuales dolorosas, sobrepeso, osteoporosis o insomnio, que afectan su calidad de vida.
Cuando hablamos de esta etapa de la mujer te entra pavor y enseguida te viene a la mente el abanico.
La menopausia es una etapa natural y para afrontarla hay que tener información, conocer qué tipo de síntomas pueden aparecer y saber que hay muchas maneras de combatirla. El láser vaginal o los nuevos tratamientos hormonales y no hormonales figuran entre las actuales herramientas para la atrofia vaginal.
Las molestias articulares están entre los síntomas más comunes (más del 80 por ciento de las mujeres con menopausia lo padecen), llegando a ser insoportables en un 50 por ciento de los casos. Los dos factores que más influyen en la aparición de este trastorno son la disminución de estrógenos y la obesidad a la que se tiende en esta etapa.
Durante el periodo de la menopausia la mujer tiende a ganar una media en torno a 3-5 kilogramos de peso debido a los cambios hormonales y metabólicos que se producen que aumentan el apetito y disminuyen la saciedad.
A partir de los 25-30 años, el colágeno de tu cuerpo empeora de calidad y disminuye progresivamente en cantidad de manera que a partir de los 50 años sus efectos ya son muy visibles en tu cuerpo.
Otro de los síntomas más molestos de la menopausia es la atrofia vulvovaginal, que provoca dolor en las relaciones sexuales, un trastorno importante para la vida personas que está “infradiagnosticado e infratratado.
Los médicos tienen que formarse y deben preguntar a sus pacientes por su vida sexual de forma sistemática, ya que el dolor es la causa fundamental por la que se dejan de tener relaciones sexuales.
La causa principal de la atrofia vaginal es la disminución del estrógeno, conocido como la hormona de la mujer, que juega un papel muy importante en el deseo sexual y la salud reproductiva de la mujer, pues favorece el engrosamiento de la pared vaginal y facilita la lubricación vaginal.
Para vencerlo hay que detectar los primeros síntomas:
y ser proactivas en esta etapa, hablando sin cortapisas con la pareja y los especialistas, y poniendo por delante los intereses personales de la mujer para lograr tener una vida sexual apasionante también en la menopausia o durante cualquier etapa en la que se presente esta afección. Aunque se trata de problema común pocas mujeres hablan sobre vaginitis atrófica o la tratan, y esto es un grave error.
También es importante no olvidarse de la musculatura del suelo pélvico, conjunto de estructuras que cierran la cavidad abdominal en la parte inferior del abdomen cuya función es dar soporte a los órganos de esta zona.
Los ejercicios de Kegel previenen la incontinencia urinaria de esfuerzo y mejoran las relaciones sexuales y para las personas que no tengan control o concienciación del suelo pélvico existen los ejercitadores.