Las estrías suelen aparecer al ganar o perder peso en poco tiempo, en el embarazo o como consecuencia de tratamientos con corticoides, y representan uno de los problemas estéticos más frecuentes para las mujeres.
Las estrías pueden producirse en numerosas situaciones clínicas, entre las que se incluye el embarazo.
Son frecuentes entre los adolescentes debido al estrechamiento físico de la piel, pero también pueden ser provocadas por tratamientos con corticoides.
Las cremas con corticoides, a menudo aplicadas en casos de dermatitis seborreica, deben ser empleadas con precaución y considera recomendable que se utilicen bajo el control del dermatólogo.
Las estrías predominan en el sexo femenino y se localizan, sobre todo, a nivel periumbilical, en los flancos del abdomen, en los glúteos, en las mamas, en la región lumbosacra y en la raíz de los miembros. Son excepcionales en la cara, aunque pueden observarse en la región del maxilar inferior.
Dado que la predisposición genética es un factor considerable en la aparición de las estrías cutáneas, la prevención se limita a mantener y a aumentar la elasticidad de la piel con cremas emolientes.
Las estrías, independientemente de la causa que las provoque, comienzan como lesiones rojo-vinosas o de color púrpura, que maduran y dejan cicatrices blanquecinas o de color plata.