La vagina es un conducto fibromuscular elástico que forma parte del aparato reproductor femenino que conecta la matriz (útero) y el cuello uterino a la parte externa del cuerpo. Su abertura puede estar parcialmente obturada por una membrana llamada himen.
La vagina permite las relaciones sexuales y el parto; además canaliza el flujo menstrual, que ocurre periódicamente como parte del ciclo menstrual.
La apertura vaginal es mayor que la urinaria (que está más cerca del vientre), y en las humanas ambas están protegidas por los labios.
La vagina está formada por una vía recubierta de membranas mucosas que mantienen la humedad y la acidez y la protegen frente a posibles infecciones, y su orificio está situado entre la uretra y el ano.
La vagina humana se desarrolla como un canal elástico muscular que se extiende desde la vulva al útero. Es de color rosa rojiza, y conecta la vulva superficial con el cuello uterino profundo.
La vagina se encuentra detrás de la uretra y la vejiga, y se extiende a través del periné superiormente y después hacia el cuello uterino; el cuello uterino sobresale dentro de la vagina en un ángulo de aproximadamente 90º. El orificio vaginal y la apertura de la uretra están protegidos por los labios.
La vagina, al igual que la vulva (órgano genital externo, y con el que tiende a confundirse por su proximidad), es un órgano fundamental tanto en las relaciones sexuales como en el parto.
La longitud de la vagina en humanos varía de 8 a 11 cm como promedio. Tiene en su pared anterior una longitud de 7 cm, mientras la posterior, que es la más larga, mide 9 cm. Sin embargo puede dilatarse, aumentando su longitud tres o cuatro centímetros más durante la excitación sexual.
La vagina es un ecosistema dinámico que vive cambios a largo plazo, desde el nacimiento a la pubertad y desde la menarquía a la menopausia.