Se denomina prolapso al desplazamiento de órganos, como por ejemplo del útero de manera que desciendan o se salgan de su ubicación natural.
El término se utiliza por ejemplo para hacer referencia a órganos que se asoman por la vagina o el recto.
El prolapso genital es el descenso de los órganos pélvicos secundarios de la mujer a causa del debilitamiento de la musculatura de soporte del suelo pélvico.
Se han caracterizado tres tipos de prolapso:
Anterior: prolapso en vagina por descenso
Medio: descenso del útero o de la cúpula vaginal
Posterior: prolapso de recto
Causas más frecuentes del prolapso:
Traumatismos obstétricos.
Alumbramientos múltiples.
Presencia de fetos de grandes dimensiones.
Deficiencia en la calidad de los ligamentos.
Deficiencia en el tejido conectivo y músculos de la pelvis.
Disminución de los niveles de estrógeno, como por ejemplo durante la menopausia.
Aumento de la presión intrabdominal como consecuencia de procesos de obesidad.
Enfermedades respiratorias crónicas. Ejemplo: asma.
Lesiones producto de actividades que involucran levantamiento de pesos.
Casos con antecedentes de cirugía pélvica.
En mujeres que no han dado a luz, se produce por insuficiencia gonodal o parálisis nerviosa, alteraciones medulares y con espina bífida.
También el prolapso se emplea para designar la falta de alineación de las válvulas del corazón, como en el prolapso de la válvula mitral. A veces a una hernia de disco se le suele llamar «prolapso de disco».