Una enfermedad reumática ya no es un obstáculo para el embarazo siempre y cuando se haga un seguimiento.
Los pilares sobre los que se debe sustentar el embarazo en aquellas pacientes con cualquier enfermedad reumática son, a grandes rasgos, la previsión y el seguimiento.
Muchos de los casos son diagnosticados en el rango de edad en el que comienza a plantearse la formación de una familia, por lo que, inevitablemente, la función sexual, reproductiva y la planificación familiar se ven condicionadas por ello.
¿Es seguro el embarazo con una enfermedad reumática?
El asesoramiento previo a la concepción y el abordaje del embarazo desde distintas disciplinas en aquellas mujeres que padecen enfermedades reumáticas es imprescindible para garantizar una gestación segura.
Por eso es importante planificar y controlar el embarazo.
El progreso de la Medicina ha hecho posible que más pacientes con cualquier enfermedad reumática puedan tener hijos, aunque se debe hacer un seguimiento.
Por ejemplo, la enfermedad activa en pacientes con artritis reumatoide afecta al peso del recién nacido al nacimiento, lo que puede producir efectos negativos en la salud del bebé a largo plazo.
Los riesgos están presentes
Todas las mujeres con patologías reumáticas tienen un mayor riesgo de:
Parto prematuro. Si se compara con la población general, la probabilidad de parto prematuro entre las pacientes con enfermedades reumáticas es mucho mayor.
Otros factores. También se asocia con otras complicaciones. En el caso del lupus eritematoso sistemático y con síndrome antifosfolipídico son frecuentes la preeclampsia (presión arterial alta y signos de daño hepático o renal en embarazadas) y los problemas del crecimiento intrauterino.
No tiene por qué suponer un problema ya que se ha demostrado que monitoreando ciertos biomarcadores se pueden detectar precozmente estas complicaciones.
Esto último, junto con el uso de determinadas terapias favorece el desarrollo exitoso del embarazo y del parto en pacientes con este tipo de patologías.
Pero de una manera u otra, hace especial hincapié en el seguimiento de la paciente durante su gestación:
Es importante tener controlada la enfermedad al menos de 3 a 6 meses antes de quedarse embarazada, incluso doce meses en pacientes que han sufrido brotes graves de algunas enfermedades, como por ejemplo, el lupus.